MÉXICO EN LA MIRA INTERNACIONAL

El enfoque administrativo del Gobirno de Felipe Calderón ha vendido bastamente la idea de un México apto para la economía tanto extrangera como nacional, lo que conlleva a asegurar que nuestro País está abierto a una posición de globalización más abierta asegurando que se puede llegar a mantener mediante un proceso y un ritmo sigilozo, seguro y rápido.

Es de importancia analizar todo lo que conlleva el que la inversión extrangera entre en la Nación para poder crecer en el capitalismo mundial y poder ofrecer a todos los mexicanos una vida digna gracias a la coexistencia del esfuerzo de la población por trabajar y el enfoque del Gobierno en buscar los medios necesarios para que se logre establecer en el país una economía que produsca buenos trabajos para la eliminación progresiva del paro laboral.

Un argumento a favor de la inversión extrangera es la creación de empleos a partir del nacimiento de nuevas empresas que se establecen desde un origen con capital de diversas naciones diversas a la nuestra, pero que en su núcleo se establecen para favorecer la población mexicana. El establecimiento progresivo de nuevas fuentes de trabajo es la labor principal en la que se tiene que concentrar el Gobierno, y en efecto lo está haciendo al promocionar internacionalmente al País, no sólo en EUA, sino en los diversos continentes que cuentan con la mayor fuerza económica en el mundo, como lo son Ásia y Europa.

El argumento que se puede establecer en contra es la mala distribución de competencia que podrñia crear el establecimiento de empresas extrangeras que naturalmente son de mayor fuerza económica y que por lo tanto aplastarían a las empresas nacionales que son un fundamento importante, aún en la actualidad, para poder ser capaces de proteger la autonomía tanto política ccomo económica.

Estos dos argumentos convergentes deben influir en el gobierno para que la legislación en materia económica establesca leyes que regulen la competencia entre las empresas nacionales e internacionales, pero no deben crear una legislación que prohiba, sino que pueda guiar la economía nacional por el camino propicio para dar frutos no sólo al país, sino también para los inversionistas extrangeros.